Las franquicias sociales son un desarrollo orientado a las personas de pocos recursos, con poco acceso a capital y vulnerables en el mercado de trabajo, cuyo objetivo es que puedan desarrollar un pequeño negocio propio sustentable.

Se trata de un modelo aplicado en muchos países con mapas sociales complejos: sectores vastos de la población en situación de pobreza o excluidos de la red laboral formal y con alta dificultad para reinsertarse.

Argentina, donde la pobreza alcanzó al 40,6% de las personas y el 8,2 % de la población está desempleada o trabaja en la informalidad (33.1%), se posiciona como un mercado ideal para llevar adelante franquicias sociales, aunque al momento son pocos los proyectos ya desarrollados.

Una de ellas es Helacor (propietaria de Grido) bajo el nombre Vía Bana, su segunda marca, hoy convertida en una gran red de heladerías sociales. Actualmente cuentan con más de 800 heladerías todo el país y 110 están en proceso de apertura. “Decimos que es un proyecto inclusivo porque los emprendedores y emprendedoras se inscriben en monotributo, tienen su obra social”, afirma Diego Llepeue, director de Heladerías sociales de Grido. 

El modelo de Vía Bana está basado en que el franquiciado puede montar en su casa una pequeña heladería. La inversión inicial es de $ 100.000 (25.000 en mercadería y 75.000 en un freezer) que el emprendedor o la emprendedora puede ir saldando medida que gana dinero.

El helado es el mismo que el de Grido, pero al no tener costos fijos como alquiler ni empleados, se vende un 50% menos.

Además de financiar la puesta en marcha del negocio, brindan capacitaciones gratis todas las semanas.

Se calcula que cada Vía Bana  puede ganar más de $ 70.000 por mes para ayudar especialmente a las mujeres, que son el sostén del hogar, a que puedan tener su dinero sin viajar horas para acceder a un ingreso digno.

Estos proyectos no solo benefician al franquiciado, sino que incluyen a toda la comunidad, ya que con cada heladería, se genera un mejor entorno en el barrio (Luces, internet del local, entre otros).

 

Franquicias sociales en el mundo

Una serie de franquicias del sector social se han inaugurado en las dos últimas décadas y están teniendo un impacto significativo en las comunidades de todo el mundo. Entre los ejemplos de franquicias prometedoras del sector social que aportan productos y servicios vitales a las poblaciones de bajos ingresos se encuentran Jibu, Mercado Fresco, Clínicas Unjani y Kidogo. Las cuatro empresas participaron en la Iniciativa de Franquicias del Sector Social de la Universidad de Nuevo Hampshire..

La primera, Jibu, equipa a empresarios de mercados emergentes para que creen accesos asequibles a agua potable y otras necesidades.

Por una inversión que va de los $2,500 a los $4,500 dólares, los concesionarios reciben de Jibu un sistema de purificación de agua, otras herramientas, la marca, capacitación y el capital necesario para poner en marcha los locales de la franquicia, los cuales venden agua potable a precios competitivos en comparación con el carbón vegetal que costaría hervirla. La franquicia pretende crear negocios rentables para los empresarios locales y además emplea a numerosas personas en cada comunidad a la que atiende, al tiempo que promueve el bienestar social, la movilidad y la autonomía de los nuevos propietarios de negocios. Los locales de la franquicia Jibu venden agua potable en envases reutilizables. Los clientes pagan un depósito inicial por la botella de agua reutilizable, y luego solo pagan el agua cuando cambian un recipiente vacío por una botella llena.

Mercado Fresco es una franquicia nicaragüense que hace que la comida de buena calidad sea accesible para las comunidades de bajos ingresos. Opera en dos formatos: en el primero, las tiendas se encuentran ubicadas en los domicilios de las mujeres microfranquiciadas, y el segundo utiliza carritos con ruedas por la ciudad (Fresco Express). Los productos que ofrecen incluyen lácteos frescos, verduras, pan, y alimentos tradicionales como arroz, frijoles y nacatamales, un platillo básico nicaragüense. Mercado Fresco enseña a los operadores todo: desde el manejo adecuado de los alimentos hasta el servicio al cliente y la administración del dinero. También les da equipo, incluyendo canastas de alimentos, letreros y calculadoras.

Mercado Fresco prevé la rentabilidad de los concesionarios a largo plazo a través del escalamiento. La empresa tiene ahora 95 tiendas en funcionamiento en toda Nicaragua. A través de la comisión que ganan los concesionarios por las ventas de sus tiendas, Mercado Fresco ha ayudado a aumentar los ingresos locales de $0 o $2 dólares diarios a un rango que va de $4 a $10 dólares diarios.

Unjani Clinics es una red sudafricana de clínicas médicas de atención primaria dirigidas por enfermeras y alojadas en contenedores de transporte equipados especialmente. La empresa pretende mejorar el acceso a una atención médica básica que sea de alta calidad y asequible. Al ubicar las clínicas en las comunidades (en el punto donde se necesitan), Unjani reduce las distancias y el tiempo de viaje, lo que lleva a que se disminuyan los gastos y a que aumente la comodidad para los pacientes. Además, capacita a enfermeras profesionales de color para operar y, en última instancia, ser propietarias de una microempresa sostenible a la vez que crea empleos permanentes en los municipios y las comunidades rurales.

Constituida como una empresa sudafricana sin fines de lucro, Unjani Clinics recauda fondos para la inversión inicial de $67,000 dólares necesaria para la infraestructura y el equipo de cada clínica. También cubre el gasto inicial de la capacitación de la enfermera y del personal de la clínica. Unjani da donaciones operativas (capital de trabajo) a la enfermera durante los dos primeros años de funcionamiento, hasta que la clínica alcanza la viabilidad financiera. Además, esta empresa sin fines de lucro implementa, capacita y gestiona tanto el programa como los procesos de adquisición estándar, y negocia los precios para todas las clínicas. Unjani y la enfermera firman un acuerdo de desarrollo empresarial (ADE) de cinco años que rige la relación y detalla las responsabilidades de cada parte.

Unjani cobra una cuota de red a las clínicas para cubrir parte de los gastos de funcionamiento. La cuota mensual de la red aumenta a lo largo de los cinco años, pero tiene un tope del 4% de los ingresos de las clínicas. La red consta actualmente de 80 clínicas, que han realizado 1,667,165 consultas desde 2013.

 

En una franquicia social, se combinan la pasión por la causa con la inteligencia estratégica; una causa capaz de movilizar recursos hacia el bien público, convierte la filantropía en una agencia de cambio social  y no solo en un negocio.

La necesidad de aumentar los recursos para los emprendedores y los problemas a resolver  puede ser transformada en grandes oportunidades mediante el desarrollo de las franquicias sociales. Si el franquiciamiento del sector social madura hasta alcanzar incluso una fracción del tamaño que ha alcanzado el franquiciamiento comercial, habrá alcanzado una escala suficiente para atender las necesidades esenciales de un gran número de personas en la base de la pirámide.

Argentina tiene todo los recursos para hacer grandes proyectos.